Cuando existe el diagnóstico de desgaste severo de los huesos (osteoartrosis) se puede realizar un reemplazo total de cadera. Al sustituir la articulación por una prótesis se alivia el dolor provocado por el contacto directo entre los huesos de la articulación de la cadera. La prótesis de cadera tiene tres partes, una copa de metal en el acetábulo de la pelvis, un vástago de metal en el fémur y el revestimiento de polietileno situado entre ambas piezas para facilitar la movilidad sin fricción. El abordaje de este procedimiento puede ser por vía anterior, lateral o posterior,. Sin embargo, es el cirujano ortopedista quien toma la decisión correspondiente para realizar la técnica quirúrgica de su elección en conjunto con el paciente.
Después del procedimiento, el paciente se queda en el hospital con una estancia mínima de dos días y posteriormente comienza rehabilitación y terapia física, con la finalidad de maximizar la fase de recuperación y reanudar actividades diarias a la brevedad. El apoyo de la extremidad se realiza gradualmente hasta tolerar la carga de peso total que permita al paciente caminar sin molestia.
Reemplazo de la cadera mínimamente Invasivo
En las técnicas quirúrgicas convencionales se realizan incisiones de 30 a 35 cm aproximadamente en la piel. Mientras que la cirugía de reemplazo de cadera mínimamente invasiva se realiza una incisión con tan solo 7 a 10 cm en la piel. Estas cirugías se pueden realizar con abordajes anterior o posterior y se llevan a cabo sin seccionar los músculos principales alrededor de la cadera. Esto brinda al paciente la oportunidad de tener una recuperación más rápida y con menos dolor.
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