Los músculos isquiotibiales, conocidos también como tendones de la corva, son un grupo de cuatro músculos: la cabeza corta y larga del bíceps femoral, el semitendinoso, y el semimembranoso. Están en la parte posterior del muslo y son importantes para la extensión de la cadera y flexión de la rodilla. Las lesiones de los músculos isquiotibiales se presentan con mayor frecuencia bajo un contexto deportivo y generalmente son agudas e implican un desgarro de uno o más de los tendones isquiotibiales en su unión con la tuberosidad isquiática de la pelvis. Esto genera dolor persistente, principalmente en el pliegue glúteo o en la nalga, puede ocasionar la necesidad de cojear al caminar.
Al presentarse una lesión aguda, generalmente el tratamiento es quirúrgico. La cirugía puede ser abierta si la lesión es muy amplia, o cerrada mediante técnica endoscópica. En ambas, el objetivo principal es volver a unir el tendón al hueso mediante suturas ancladas. Las técnicas tienen la finalidad de restaurar la fuerza muscular y aliviar el dolor. Por otro lado, en las lesiones crónicas o antiguas se recomienda inicialmente la terapia de rehabilitación física. Sin embargo es necesario que usted sea valorado por un médico especialista ya que cada caso requiere de atención particular.
Recuperación
Después de una reparación quirúrgica de los músculos isquiotibiales, es necesario restringir la carga de peso corporal por 6 semanas. Durante ese periodo se requiere el uso de muletas para caminar. Posteriormente será necesario utilizar un corsé de cadera por otras seis semanas. Esto da tiempo a un adecuado proceso de cicatrización. De todas formas, cada caso es valorado en particular. La terapia de rehabilitación física juega también un papel esencial , ya que es importante para recuperar la función, fuerza y movilidad de los músculos isquiotibiales.
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